POLÍTICA ENERGÉTICA
La energía constituye uno de los ejes principales de la actividad económica y,
como tal, un motor para el desarrollo y progreso de cualquier país. Uno de los
grandes retos de los Gobiernos del siglo XXI es el de garantizar a sus
ciudadanos y empresas un sistema de abastecimiento energético basado en
tres objetivos: 1) la seguridad de suministro y la reducción de la dependencia
energética, 2) la competitividad económica y 3) la sostenibilidad
medioambiental.
En los últimos años el sector energético ha experimentado profundas
transformaciones como consecuencia de la creciente participación de las
economías emergentes en la demanda energética, del importante desarrollo
tecnológico y de los compromisos internacionales en materia de reducción de
las emisiones contaminantes de los modelos de generación de energía. A ello
hay que añadir, en el caso español, debilidades como la elevada dependencia
exterior o el relativo aislamiento de nuestra red básica de energía del resto del
continente europeo.
Todos estos cambios, junto a los rasgos propios del sector energético español,
refuerzan la dimensión estratégica de este sector y exigen la adopción de un
conjunto de medidas de carácter estructural que contribuyan a la sostenibilidad
económica y medioambiental a medio y largo plazo, garantizando la estabilidad
frente a los cambios de ciclo económicos y políticos.
Paralelamente, el actual contexto económico ha condicionado la evolución de
la demanda energética nacional e internacional poniendo de manifiesto la
necesidad de medidas de naturaleza coyuntural, incluyendo mecanismos de
protección social para los consumidores domésticos más vulnerables y, por
ende, con menor capacidad de ahorro energético.
Desde el convencimiento de que la política energética es un factor clave para
impulsar un desarrollo económico compatible con la protección del medio
ambiente, las partes firmantes consideran que la consolidación de un modelo
energético sostenible, estable y eficiente, que refuerce la confianza de
empresas y de consumidores, exige el impulso de las siguientes actuaciones.
1. Mantener una oferta diversificada de fuentes de energía que esté en línea
con el mix energético de referencia a 2020 de la Subcomisión de análisis de
la estrategia energética española para los próximos 25 años. El Grupo de
Trabajo de la Industria y Energía para el Diálogo Social Reforzado formulará
propuestas del mix en el horizonte 2035. También se abordará la gestión de
los residuos nucleares.
El mix de referencia tendrá en cuenta el objetivo de convergencia con los
valores medios de la UE de la intensidad energética y la reducción de la
dependencia en este ámbito. Además, contemplará una mayor
electrificación de la economía y asegurará el cumplimiento en 2020 de los
objetivos de alcanzar el 20% de energía final renovable y, de modo
específico, el 10% de renovables en el transporte. Lo anterior exigirá el
desarrollo de las interconexiones de electricidad y gas hasta alcanzar los
objetivos establecidos en el ámbito europeo.
2. Reforzar el liderazgo tecnológico de España en el ámbito de las energías
renovables, que contribuyen a reducir las emisiones y a aliviar nuestra
dependencia energética exterior. Para ello se acuerda la elaboración de un
nuevo Plan de Energías Renovables 2011-2020 en el que se recogerá una
senda indicativa de la instalación de esta modalidad de energía que permita
alcanzar el mix energético de referencia a 2020. Las políticas de apoyo a
las renovables pondrán énfasis en el fomento de la innovación y el
desarrollo tecnológico y la eficiencia en los mecanismos de incentivos a la
generación, con los objetivos de mejorar la competitividad de estas
tecnologías y que las empresas españolas fortalezcan su posición de
liderazgo industrial en el ámbito internacional. Todo lo anterior teniendo en
cuenta un marco de sostenibilidad económica del sistema.
3. Impulsar medidas de ahorro y eficiencia energética a través del desarrollo
de un mercado de servicios energéticos, incluyendo medidas de apoyo a la
financiación de las empresas de servicios energéticos. En particular, se
contemplan actuaciones como el desarrollo y ejecución del Plan 2000 ESE
y, con la participación de los agentes sociales, la elaboración de una futura
ley de Eficiencia Energética y Energías Renovables, así como la aprobación
de un nuevo Plan de Acción 2012-2020 de Ahorro y Eficiencia Energética.
Se valora, en este sentido, que el ahorro y la eficiencia en este ámbito
tienen una repercusión notable en el desarrollo tecnológico de los sectores
industriales proporcionando nuevas oportunidades para la generación de
empleo. El nuevo Plan de Acción continuará las campañas de
concienciación entre los ciudadanos sobre comportamientos responsables
en materia energética.
4. Apoyar una mejor gestión de la demanda energética. En este ámbito se
plantean como actuaciones concretas el fomento de las redes inteligentes,
la telegestión y la telemedida con el objetivo de facilitar a los consumidores
señales de precio en tiempo real para que puedan reducir el coste
energético a la vez que se optimiza el uso de las redes. Más
concretamente, se incentivarán los consumos en periodos de menor coste
para el sistema (p.ej. tarifas super-valle).
5. Fomentar la eficiencia y sostenibilidad en el sector del transporte, por su
importancia en cuanto al consumo energético y a las emisiones de gases de
efecto invernadero, mediante la sustitución gradual de combustibles fósiles.
6. Apoyar e intensificar la investigación y desarrollo de las tecnologías de
captura y almacenamiento de CO2.