Articulo en el confiencial
Os paso el enlace y os copio la noticia sobre fotovoltaica aparecida en el confidencial. Que os parece?
http://www.elconfidencial.com/opinio.../05/2006&pass=
En el país del everything under the sun, lo normal era que la energía fotovoltaica se abriera un hueco preferente entre el abanico de las energías renovables, entendiéndose como tales aquellas que ofrecen un recurso ilimitado aunque no constante capaz de producir electricidad. Mantenida en un segundo plano por el auge inicial de la solución eólica, -tan criticada ahora por algunas organizaciones ecologistas hasta el punto de que hay naciones, como Alemania, que han puesto un punto que no se sabe si es aparte o final-, la fotovoltaica copa ahora los titulares de toda la prensa y los proyectos de inversión se multiplican por doquier. ¿Es una buena alternativa de inversión? Depende.
Lo primero que hay que poner de manifiesto es que el atractivo de la energía fotovoltaica, como ocurre con la eólica, se debe al marco tarifario que le resulta de aplicación. En efecto: cumpliéndose determinados requisitos, y a la espera de una nueva regulación que entrará en vigor el 1 de enero de 2008 y que no afectará a los parques en funcionamiento hasta entonces, la tarifa llega a ser bonificada hasta en un 575% durante la friolera de 25 años. Con la compañía eléctrica obligada a comprarte lo que produces, parece tirar a balón parado. Pero claro, siempre que la tarifa se mantenga. Aunque la norma actual no contempla la retroactividad ante cualquier cambio de precios oficiales, el riesgo está ahí. Es importante, por tanto, dar el primero para dar dos veces. Invertir en parques cuya producción se inicie antes de diciembre de 2007 debería ofrecer más garantías a un inversor no experimentado.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta que no todo el monte es orégano y que resulta de vital importancia, a la hora de meter los duros en un proyecto de este tipo, el que el lugar donde se ubica el parque cuente con las horas de Sol suficientes, que se determine de antemano una productividad realista del huerto solar -que se incrementa con los seguidores solares que actúan como girasoles, frente a los paneles fijos- y que se avale con datos reales de las condiciones de irradiación del lugar. Todos los pueblos de España son susceptibles de que sus habitantes “pongan un parque solar en su vida”. Pero la posibilidad dista mucho de la idoneidad en muchos casos. Un análisis severo de la ubicación de la instalación fotovoltaica debe ser clave a la hora de tirarse a la piscina de la inversión en este tipo de renovables.
Tercero. Una figura que cobra especial importancia en todo este entramado es el gestor del parque fotovoltaico. En su versión más amplia, se trata de aquella sociedad que negocia el suelo, cierra los acuerdos con las compañías, construye, hace la operación y el mantenimiento, contrata los seguros y, en definitiva, intenta desarrollar el modelo de negocio de forma tal que sea rentable para todos y, muy especialmente, para él, no nos vamos a engañar, ya que normalmente cobra una remuneración variable y escalada en función de los ingresos del parque. Un buen gestor se enfrenta actualmente a cuatro cuellos de botella que debería dar resueltos al cliente. No se olviden preguntar por ellos cuando oigan los cantos de sirena.
Los cuellos de botella
Primero, el suelo que es clave para el desarrollo del parque y para la puesta en funcionamiento de la instalación antes del posible cambio de tarifas. Segundo, el punto de evacuación. Actualmente las compañías eléctricas se encuentran desbordadas por la cantidad de solicitudes que reciben y muchas peticiones van a tener que esperar un tiempo para su solución. De ahí la importancia de que la evacuación de la electricidad a la Red esté ya resuelta. Tercero, la falta de paneles disponibles a los que afecta no tanto la falta de silicio, como se ha publicado, sino de litio. Por último los límites derivados de una red de alta tensión que sólo está dispuesta a aceptar que el 50% de la energía que se vierta a ella proceda de renovables. Llegar el primero a un lugar bueno, da prioridad. Cualquier proyecto que se precie debe tener solventadas, de antemano, estas cuatro cuestiones. Aceptar promesas y no realidades en estos aspectos puede llevar al inversor a encontrarse en el dique seco mucho más tiempo del que podría pensar en un principio.
Hay que recordar por último que estas inversiones son rentables, a priori y sin tener en cuenta cambios tecnológicos que mejoren la productividad o nueva regulación que haga atractiva la consolidación de parques, en plazos largos y con altos niveles de apalancamiento. Por tanto uno no deja de hacer un wishful thinking a la hora de meter el dinero aquí. No obstante el hecho de que las entidades financieras estén llegando a ofrecer financiaciones de hasta el 100% del valor de la inversión da buena muestra de que hay una historia detrás que puede llegar a ser buena. Pues bien, comparto esa opinión con los matices enumerados a lo largo de este artículo: intentar llegar a la tarifa buena, seleccionar cuidadosamente el lugar, escoger un gestor de garantías con cierta experiencia y buscar un nivel de financiación cómodo que multiplique la rentabilidad son las claves a la hora de elegir. En esas condiciones, la fotovoltaica puede llegar a ser too good to be true. Buena semana a todos.